Como padres siempre queremos darle lo mejor a nuestros hijos. Desde el momento en que sabemos que vienen en camino, nuestra perspectiva sobre la vida cambia y ahora el tener todo lo necesario para ellos se convierte en prioridad.
Estamos constantemente buscando la manera de hacer felices a nuestros hijos, dándoles el mejor cuidado que podemos, revisando que no les falte nada, escuchándolos y regalándoles cosas que los hagan felices. Sabemos que a los niños les encantan los juguetes, pero últimamente hemos notado que hay una tendencia donde los pequeños reciben tantos regalos que corremos el peligro de caer en algo llamado el «síndrome del niño hiperregalado». Te comparto las razones de por qué no debes darle demasiados a tus hijos y dos excelentes opciones de regalo que no son juguetes.
¿Qué ocurre cuando se le dan demasiados regalos o juguetes a un niño?
Darle juguetes a los niños no tiene nada de malo. Hay algunos que les ayudan a estimular su imaginación y a aprender cosas nuevas. El problema surge cuando no nos medimos ni ponemos un límite en la compra de ellos.
El niño se acostumbra a recibir regalos y juguetes sin ningún esfuerzo y sin valorar cada uno de ellos. Tener mucho regalos también pone límites a su imaginación y los acostumbra a que la única manera de jugar o divertirse es haciéndolo con sus juguetes.
De igual manera, aunque los niños hayan deseado con mucho entusiasmo cada uno de los juguetes que reciben, cuando son demasiados, se pierden pronto el entusiasmo y el interés cuando éstos se acumulan. Son tantos que al final muchos terminan utilizándolos solo un par de veces para luego ser olvidados.
El exceso de regalos puede convertir a niños en personas egoístas y caprichosas, que también podrían llegar a ser adultos con problemas de consumo y frustración al entrar al «mundo real» y darse cuenta que no pueden tener todo lo que desean, como cuando eran niños y recibían cientos de juguetes.
Por eso cuando se trate de juguetes, debemos procurar recordar dos cosas antes de comprarlos:
- Menos es más.
- Entre menos cosas haga un juguete, como tener luces o sonido, más cosas podrá hacer la imaginación de un niño. Los juguetes más sencillos son los que más estimulan su mente.
Y, ¿qué podemos regalarle a los niños que no sean juguetes?
Cuando yo era niña recuerdo que teníamos una cantidad promedio juguetes. Me refiero a que no eran muchísimos, pero tampoco nos faltaban cosas para jugar, aunque principalmente eran muñecas Barbie y accesorios para ellas. No había muchos juguete con luces o sonidos como ahora. Los juguetes y por lo tanto los juegos, eran más simples y nos ayudaban a usar más nuestra imaginación.
Pero tengo pocos recuerdos de esos juguetes. No sé bien a que se deba esto, quizás no los usábamos mucho o solo tengo más presentes los juegos en los que usábamos más nuestra imaginación, como las muñecas o jugar en el patio de casa de mi abuela.
Pero algo que recuerdo muy claramente, son todos los libros que leía y los viajes que hicimos en familia. Pasan los años y son dos cosas que aún vienen a mi mente con agrado. Son las dos cosas que recuerdo me hicieron muy feliz durante mi infancia. Así que personalmente recomendaría esas dos cosas para regalar a un niño y evitar caer en el exceso de juguetes: libros y experiencias, como viajes.
Fomenta el hábito de la lectura
Estimular desde temprana edad el amor por la lectura es una excelente opción para que ellos conozcan una actividad que los puede divertir además de los juguetes, además de otros múltiples beneficios para ellos. Inculcarles el hábito de la lectura puede ser algo divertido para ambos, y mucho dependerá de ti que esto suceda.
Involucrarte en la historia, hacerle preguntas sobre los cuentos que lean y crear momentos de suspenso sorpresa son algunas de las cosas que puedes hacer para fomentar la lectura en tus hijos. Los niños son curiosos por naturaleza y si tú muestras interés o curiosidad por el contenido de los libros, ellos también querrán saber de qué se trata.
Regáleles experiencias
Viajar es otra cosa que recuerdo con mucho agrado de mi infancia. El ir a conocer un lugar nuevo o diferente es una bonita manera de pasar tiempo en familia y de estimular la imaginación de un niño. Cuando se viaja a un lugar nuevo, nosotros estamos atentos a todos los detalles y novedades del viaje. Lo mismo pasa con los niños. Ellos lo disfrutan aún más porque tienen a mamá y papá para ellos todo el tiempo que deseen, a diferencia de la vida en casa, donde quizás van a la escuela y los padres trabajan fuera de casa. Es un momento de relajarse y pasarla bien en familia, donde crearán nuevos y hermosos recuerdos que sin duda perdurarán en su memoria durante los años por venir.
Sabemos que salir de vacaciones no siempre es posible, ya sea por cuestiones económicas o que los trabajos de uno u otro no permitan muchos días libres para tomarlas. Pero cuando eres niño, toda experiencia nueva es una aventura. Un simple viaje de fin de semana a algún pueblo vecino o una visita al zoológico o al acuario de la ciudad, tendrán un impacto positivo en los niños. Quizás hasta un simple campamento o una excursión cerca de casa puede ser una buena opción.
Lo importante de esto es regalarle una experiencia única a tus hijos. Desconéctate del trabajo y de la rutina, y disfruten un pequeño o gran viaje en familia. ¿Qué alternativas usas tú para regalarle a tus hijos en vez de juguetes?